En la tercera sesión del juicio han declarado profesores y alumnos del colegio Gaztelueta, y el pediatra que atendió al antiguo alumno desde que tenía pocos meses. Este ha señalado que el joven presentó desde los años en que cursaba 5.º y 6.º de primaria episodios de ansiedad, taquicardias, dolor abdominal, cefaleas, diarreas y sudoración, sin que supiera las causas de estos problemas. De hecho, llegó a recetarle Orfidal cuando tenía 10 años y le recomendó tratamiento psicológico. Ha señalado también que esos “cuadros de ansiedad” no volvieron a repetirse entre 2008 y 2010 (período en el que el que el acusado fue su preceptor) .
Igualmente han comparecido varios profesores y antiguos alumnos de Gaztelueta compañeros del joven. Los que coincidieron con él en Primaria han señalado que faltaba con frecuencia a clase, al menos dos años antes de los hechos denunciados. Por otra parte, también han subrayado la imposibilidad de que esos sucesos hayan tenido lugar en el despacho donde se describen, por tratarse de un lugar muy transitado. Uno de los profesores ha llegado a afirmar: “Es como si hubiera sucedido en la Gran Vía a las 11 de la mañana”.
Como se ha reflejado en los interrogatorios de hoy, varios profesores y alumnos del colegio firmaron unas actas notariales en diciembre de 2015. En aquel momento, ante la publicación de abundantes informaciones periodísticas, algunas de ellas poco contrastadas, desde el colegio se quiso dejar constancia notarial de lo que decenas de profesores y alumnos habían manifestado durante la investigación del colegio. Esos documentos se aportaron durante la fase de instrucción del caso.
En la cuarta sesión del juicio, que se celebrará mañana, comenzarán las declaraciones de testigos y peritos expertos en psicología y psiquiatría. Estas intervenciones se prolongarán hasta el miércoles.