Tras la sexta sesión, en que las partes –fiscalía, acusación particular y defensa– han elevado a definitivas sus conclusiones, el juicio ha quedado visto para sentencia. Según fuentes judiciales, ésta podría conocerse dentro de cinco o seis semanas.
El fiscal ha mantenido su petición de 3 años de prisión para el docente al conceder credibilidad a la declaración del joven. Sin embargo, ha desestimado las agresiones más graves atribuidas al antiguo profesor por ser mencionadas únicamente en algunas declaraciones del menor y ha rechazado las dos agravantes que aprecia la acusación particular, superioridad y confianza, al estar incluidas en el propio abuso. Al mismo tiempo, la fiscalía ha planteado al tribunal una “calificación alternativa” para los hechos denunciados, en función del Código Penal que aplique. Si se recurre al antiguo, vigente en 2008 (año de comienzo de los presuntos abusos), la petición de pena sería de tres años; si los jueces emplean el actual, se pedirían 20 meses de cárcel para el acusado.
En su intervención, la abogada de la acusación particular ha mantenido la petición de diez años de prisión para el antiguo profesor. La letrada ha atribuido plena veracidad a lo manifestado por el joven en relación al acoso escolar y los presuntos abusos sexuales. En un momento de su intervención, ha dicho no compartir la postura de la fiscalía, que ha calificado de “irracional”; en su opinión, no hay motivos para creer únicamente solo una parte de lo narrado por el antiguo alumno.
Por su parte, el abogado de la defensa ha solicitado la absolución del antiguo profesor porque durante todos estos días “no se ha aportado ninguna prueba que permita corroborar el testimonio” del antiguo alumno. Tras reconocer la particular complejidad del caso, ha señalado la “injusticia terrible que podría cometerse al condenar a una persona inocente” solo porque el testimonio del joven pueda ser “creíble” para mucha gente.
Además de la falta de pruebas incriminatorias tanto en el acoso escolar como en el abuso sexual, la defensa ha defendido, a lo largo de cerca de una hora, la inocencia del profesor poniendo de manifiesto los testimonios de diferentes testigos (profesores y alumnos) presentes en la sala en los últimos días que contradicen hechos relatados por el alumno en su acusación.
También, ha manifestado su discrepancia con la petición de pena por parte de la fiscalía porque, en su opinión, implica dar por hechos unos sucesos que nunca han sido probados. “Son exactamente los mismos hechos que estaban en la Fiscalía Superior del País Vasco en 2013″ y entonces se archivó al considerar que aunque “eran creíbles” no había “ninguna prueba de los hechos», ha concluido.